La Universidad de Avellaneda forma parte de un proyecto que involucró a más de una decena de instituciones de educación de nivel superior creadas en los últimos 10 años. Esta irrupción en la escena educativa, fundamentalmente en el conurbano bonaerense, obedeció a una necesidad impostergable: brindar la posibilidad del acceso a la educación a un numero importantísimo de ciudadanos que, en la mayoría de los casos, nunca se pensaron como estudiantes universitarios.
Es por ello que se brindaron nuevas herramientas para concretar esta ambiciosa apertura que se constituyó, ni más ni menos, en la verdadera cara de la educación como un derecho humano inclaudicable.
La UNDAV es un verdadero paradigma de las nuevas universidades argentinas que no sólo se caracterizan por ser públicas, gratuitas y de calidad académica sino que también ponen un énfasis sustancial en los valores de la inclusión y la innovación.
Los datos hablan solos. En el 2010, nuestro inicio como casa de estudios, se ofrecieron 8 carreras y contamos con 800 alumnos. En este 2017, la Universidad Nacional de Avellaneda cuenta con 35 carreras y más 15 mil estudiantes. Y además, el 75 % de ellos son los primeros universitarios en sus familias.
En tal sentido, el convenio que firmamos con ATE Neuquén es fundamental para fortalecer este modelo de educación superior, comprometida con organizaciones sociales que apuestan al trabajo conjunto en pos de una sociedad más justa. La herramienta de la educación es esencial en tiempos donde la coyuntura politica require un compromiso con el saber, con una mirada reflexiva y critica de nuestra sociedad para proponer y defender valores impostergables como la solidaridad, la equidad y el bienestar general.
En la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe (CRES), realizada en el año 2008 en la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia se declaró a la Educación Superior como un bien público social, un derecho humano y universal y un deber del Estado.
Los países de la región debemos estratégicamente entender que esta declaración, desde lo conceptual, es fundamental para el desarrollo de nuestras comunidades.
Sin Universidad, no hay futuro.
Lic. Daniel Escribano
Decano Departamento de Ciencias Sociales
Universidad Nacional de Avellaneda
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